Una vez más, y esto empieza a convertirse en algo habitual, llega hasta soporte tonto una de esas entradas con un toque serio. De lo que pretendo hablar en esta ocasión es de la asombrosa velocidad que ha tomado la evolución del hardware respecto al software.
Tal vez el ejemplo más claro sea el del sistema operativo dominante. Windows XP ha estado en la palestra durante 6 años, y lo que le queda aún (recordemos que
está a punto de salir un nuevo Service Pack), pero en cambio, ¿Cuántos tipos de procesadores y/o memoria RAM, por ejemplo, ha habido?
El caso contrario lo tenemos en la oleada de chipset que ha sacado Intel. A lo largo de este año se lanzó el
P35, hace poco salió el
X38, y los distribuidores, poco menos que les han pedido
atrasar la salida del X48 que ya tienen preparado, para sacar el stock del chipset anterior.
Si miramos a las tarjetas gráficas, podemos echarnos a temblar. ATI ha sacado las HD2XXX y las HD3XXX, en menos de un año, y ya se plantean
el nuevo chip R700, que podrían traer las HD4XXX (o como quieran llamarlas) para el próximo año.
A las placas base no les da tiempo a asimilar los tipos de memoria. En las gráficas, ya se monta hasta DDR4,
y hay prototipos con DDR5. Si, vale, estos dos últimos tipos, en principio, van destinados a memoria gráfica, pero no debemos olvidar que se supone que el futuro pasa por utilizar chips similares a los de las gráficas para los procesadores, debido a la gran potencia de calculo que tienen.
Y mientras todo esto pasa, ¿Dónde está el software? Todavía estamos haciendo la digestión de un sistema operativo con el que prácticamente nadie quiere tragar. Programas que ven como las versiones RC salen cada semana, y pasan a finales sin apenas probarlos. Códigos que se escriben en tiempos record, pero ¿a consta de que?
Esa es la respuesta. Los programas no se optimizan. Soy de la opinión de que si los fabricantes optimizasen el software, tendríamos suficiente con un Pentium III, o a lo sumo uno de los primeros Pentium IV. Los errores serían mucho más aislados, y las funciones mejorarían de una forma increíble. Lo que pasa es que, ahora mismo, quien no saca una nueva versión de su software cada año, está muerto. Los usuarios lo olvidan, y usan otros programas que acaban de salir, aunque estén repletos de errores. Ya los arreglarán, pero ellos tienen lo último en sus maquinas con 20 cores, y tropecientos gigas de memoria.
Por mi parte, sigo con mi Pentium IV a 2.4 GHz, con 1 giga de RAM DDR, eso si, y un disco duro SATA II, pero funcionando con una placa que solo soporta SATA I. Un
chipset Intel 865 que me tiene enamorado, y una ATI 9600 PRO AGP con 256 MB de RAM dedicada. Y… ¿sabéis que? Si quiero, ejecuto Windows Vista Ultimate, con Aero a todo trapo, y una nota de 3 en la experiencia de usuario de Microchof. Solo hay un pero, que ese Vista no me gusta, y prefiero seguir con mi XP, o mejor, con mi Suse, pero instalado y funcionando está.
Tal vez haya que plantearse si es el momento de seguir haciendo un hardware que sería capaz de llevar cualquier nave de la NASA, con un software que a durás penas puede gestionar un error, para plantearse solucionar algunos errores de software, y optimizarlo para funcionar en un hardware con un coste algo más asequible.