Se cree el ladrón…

…que son todos de su condición. Entre eso, y la ingenuidad de los clientes, la tenemos liada. Resulta que en cierta marca de ordenadores en la que trabajé, una empresa de mensajería externa era la que recogía los equipos en casa de los clientes. Una vez, un cliente envió a reparar su ordenador, y, mientras tanto, seguía trabajando con su antiguo equipo, y el monitor nuevo que acompañaba a su flamante ordenador.

Durante la reparación, la suerte quiso que el monitor se averiase también. El hombre habló con nosotros, comprobamos que podía ser un problema del monitor, y le decimos que en unos días pasarán a recoger el monitor, y llevarle otro nuevo.

Ese mismo día, el mensajero fue a devolverle el ordenador reparado, y el cliente, muy emocionado, le dio el monitor. La maldad de la gente, a veces, no tiene muchos limites, y el mensajero se llevó el monitor.

Al rato, el cliente nos llama, diciendo que no mandemos a nadie, que el ya le ha dado el monitor al mensajero que traía el ordenador. Le preguntamos que si le había dejado algún otro monitor (normalmente los monitores se cambiaban directamente), y nos dijo que no. Tampoco le había dejado ningún albaran, con lo que quedaba claro que el mensajero había robado el monitor.

Lo bueno vino un par de días después, cuando nos llama el mensajero, diciendo que quiere arreglar un monitor, y nos dio el número de serie. Lógicamente, estábamos todos avisados, y rápidamente, salto el tema. El ladrón mensajero llamó hasta en 5 ocasiones para ver si colaba, y hasta nos dio su dirección. Tras esto, le informamos que o devolvía el monitor, o sería denunciado a la policía. Colgó la llamada, y el monitor apareció misteriosamente en casa del cliente, eso si, con algún que otro golpe.